martes, 23 de junio de 2009

LES PRESENTO A OTRO DE MIS GRANDES AMIGOS"LOS CABALLOS"

Que los caballos son amigos del hombres, se sabe; que los equinos son autores de proezas ecuestres, es parte de la historia. Pero que los nobles cuadrúpedos fueran capaces de curar a los seres humanos, esto es una novedad digna de la raza. Se ha descubierto que la equinoterapia permite recuperaciones rápidas y asombrosas ante algunas enfermedades de diverso origen, como pueden ser las limitaciones físicas y mentales.

A través de un método natural, la equinoterapia es un método que posibilita el fortalecimiento de los músculos restaurando la movilidad perdida, así como también se ha descubierto que ayuda a resolver problemas emocionales a las personas.

Esta nueva terapia posibilita la rehabilitación natural de los hombres y mujeres que sufren todo tipo discapacidades. Desde 1989, se viene expandiendo por todo el país.

Desde hace varios años, las personas discapacitadas han podido ganar un lugar en el mundo del deporte porque pudieron mostrar que a pesar de sus dificultades, tanto físicas como mentales, el esfuerzo, la responsabilidad y el empeño prevalecen.

Hasta hace un tiempo era difícil imaginar que alguien que se encontrara en silla de ruedas (o sin una pierna) pudiera montar un caballo, sin embargo, ahora es posible gracias a la equinoterapia fortalecer los músculos, mejorar el equilibrio y la coordinación, como así también aumentar la autoestima.

El tratamiento puede ser utilizado en muchas patologías. En el ámbito deportivo los usan cuatro grandes grupos: los discapacitados del aparato locomotor (los que tienen dificultad para caminar, por ejemplo amputados, quienes están en silla de ruedas, etc.); los discapacitados mentales (retraso madurativo, psicóticos, autistas, esquizofrénicos); los que padecen problemas sensoriales (ciegos, sordos, mudos) y los que sufren parálisis cerebral, y también los cuadripléjicos.

Por ejemplo, para los chicos Down –o con problemas mentales- que están acostumbrados a recibir órdenes, la equinoterapia les permite decidir por sí mismos y tener un dominio total sobre el caballo.

En el caso de dificultades físicas, esta terapia muchas veces logra salvar a la persona de una operación quirúrgica porque los músculos que se ponen en funcionamiento al andar a caballo son los mismos que se usan para caminar.

Cómo surge y qué busca esta terapia
Más allá de estos beneficios, para la Asociación Argentina de Actividades Ecuestres para Discapacitados (A.A.A.E.P.A.D), lo más importante es la sonrisa, y la felicidad que tienen chicos y grandes al andar a caballo.

La idea de esta actividad para discapacitados nació en la Argentina cuando a María de los Ángeles, su fundadora, le amputaron una pierna a causa de un cáncer. A pesar del trance no se dio por vencida, quiso hacer deportes y siguió nadando como antes, sin olvidar su pasión y adoración por los corceles.

Como hubo progresos en su propia dolencia, pidió permiso para llevar a pasear a los chicos con discapacidad, entonces percibió que el ejercicio de montar podría ser una terapia.

Trotes saludables
Al principio fueron menos de diez alumnos, ya que la actividad no estaba muy difundida, pero actualmente son más de cien. Las clases de equitación se hacen en el Hipódromo de Palermo, donde tienen diecisiete caballos, dos instructores, un auxiliar de pista permanente, el encargado de darle de comer a los animales y un empleado administrativo. Además hay voluntarios que deben hacer un curso de capacitación en la especialidad.

Para enseñar la equinoterapia, es importante que los docentes tengan un título habilitante y se hayan especializado en el tratamiento terapéutico con caballos para discapacitados, ya que el hecho que sepan de equitación no los habilita para esta delicada actividad. Otro de los factores fundamentales es que no se trabaja con cualquier caballo o cualquier montura, ya que se deben adaptar para cada caso.

Día a día la equinoterapia crece y se difunde porque provoca cambios rápidos y favorables en las personas que la practican. Hay personas que asisten con una discapacidad mental leve y moderada y desde que realizan esta actividad adquirieron mucha seguridad, el hecho de tener el dominio sobre el caballo los hace sentir más decididos, además de disfrutar. No hay que tenerle miedo a la palabra discapacidad. No solamente produce cambios en los discapacitados, sino también en todo el ámbito familiar.

La experiencia muestra que nunca hay que bajar los brazos y que este tratamiento es una herramienta útil, que cuenta con el apoyo de médicos clínicos, kinesiólogos y neurólogos.

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