Señor Gobernador:
Adhiero en un todo a las palabras de la Jen de LaCroix Laval, pidiendo recapacite con la decisiòn arbitraria de asesinar a los perros callejeros.
Esos mismos que fueron entregados y/o abandonados por sus propios dueños: integrantes de una sociedad ignorante e insensible que deberìa haber sido educada para no cometer semejante atrocidad.
Apelo a su sentido comùn y benevolencia y le pido humildemente que recapacite y dè marcha atràs para evitar el asesinato de miles de inocentes que nada hicieron para merecer ese final.
Confìo en su buena voluntad y en su visiòn de futuro sabiendo que el mundo tiene puestos los ojos en la decisiòn que tome el Gobierno de Neuquèn.
Patricia Funes.
Proteccionista Independiente
Buenos Aires
Señor Gobernador:
se define como Asesino a la persona que mata.
Como notara, este término es habitualmente usado para identificar en su mayoría a animales de la raza humana.
Los animales de otras razas raramente se convierten en asesinos, si no es por una cuestión de sobre vivencia o defensa de sus crías.
Me atrevo a escribirle, como ya lo ha hecho tanta gente, para evitar que usted Señor Gobernador, se transforme en asesino.
Es de conocimiento público la matanza que está a punto de cometer de perros y gatos, para deshacerse así de un problema de súper población y presupuesto.
Alguien de Su entorno me dijo que era necesario “erradicar”, ya que los costos de mantenimiento de cada animal se equipara a un sueldo.
Le preguntaría a Usted Dignísimo Gobernante, si los perros que deambulan por la calle, también forman parte de ese presupuesto.
Por otra parte, y ya que manchara sus manos de sangre, seria mas justo que ensucie sus manos con la sangre de los delincuentes que alberga en sus cárceles y comisarías, ya que Ellos, también le cuestan al pueblo muchísimo dinero y la mayoría de las veces son reincidentes.
Ni hablar de los violadores.
Ve Señor Gobernador, los delincuentes, si, son culpables, los otros animales solo cargan la culpa de una política Suya desordenada que cree que solo los humanos, tienen derecho a la vida.
Yo, gracias a Dios, no vivo en su provincia, pero los argentinos nos parecemos todos.
Acentos diferentes, comidas diferentes, pero todos argentinos.
Debe ser horroroso vivir en una provincia donde la solución al desgobierno o al mal gobierno, es la muerte.
Y como vera, no intento ser trágica, ni quiero tocar sus fibras.
Necesito que nunca se olvide que su puesto lo ocupa por consenso popular y que hasta el agua que Usted y sus colaboradores beben, la paga el pueblo de su provincia.
A Usted le dieron sus votos para que administre, pero la administración no lo convierte en dueño de la vida y de la muerte.
Siempre hay soluciones.
Bastaría que elimine corruptos o que de sus negociados destine un poco, solo un poco al bienestar de todos los seres vivos de su suelo.
Como sabrá Señor Gobernador, hoy el pueblo no vota al “no corrupto”, el pueblo vota al “menos corrupto”
Usted y sus cómplices, porque ese es el término que se utiliza para quien es co- participe de un asesinato, están tratando de borrar sus errores con la pena de muerte a inocentes.
Como decía Gandhi: “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”
Por suerte en una democracia existen las elecciones, imagino que en Neuquén hay muchísima gente que ama a los otros animales que no son humanos.
Usted no se imagina como han cambiado las cosas en esto últimos tiempos.
La gente cada vez mas entiende que lo más importante es la preservación de la vida, cualquiera esta sea.
Seria interesante verlo a Usted justificar Su crimen ante niños de escuela primaria o ante sus nietos.
Cuando se tiene voluntad todo se logra y mas cuando el dinero que debe invertir en una medida justa para preservar la vida, no es suyo sino de un pueblo.
No le hablo de conciencia ya que aparentemente es algo que Usted y Sus cómplices han olvidado al tomar el poder.
Aunque nunca es tarde.
Siempre hay en la mente de los asesinos un lugar donde la cordura aun habita.
No crea que lo trato de asesino ni mucho menos, solo estoy tratando de evitar que este adjetivo forme parte de sus títulos.
Estoy segura que esta carta no llegara a Sus manos, morirá en la ceguera de Sus colaboradores que tan despiadados como Usted aprueban la matanza que esta por venir.
No importa Doctor, yo me encargare de publicarla hasta el cansancio en cuanto medio me sea posible, en redes sociales, en anuncios publicitarios.
Y si decide manchar Sus manos con sangre inocente, utilizare las fotos de la matanza como bandera de injusticia y me encargare, junto a miles y miles de personas, de Neuquén y de todo el país, que Usted junto a sus cómplices, sean recordados como los creadores de un nuevo holocausto.
No será mucho? No, toda matanza de inocentes lleva por nombre “Holocausto”
Como parte de este pueblo, le pido que no manche sus manos de sangre inocente y le exijo que no disponga de la vida y la muerte de ningún ser vivo.
Solo Dios, de existir, es el Único poseedor de ese Derecho Divino.
Jen De Lacroix Laval
Periodista – Comunicadora Social
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