LOS CENTROS DE ZOONOSIS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Dichas Instituciones han sido erigidas con el supuesto fin de llevar a cabo políticas públicas de cuidado, preservación y erradicación de enfermedades zoonóticas, o sea, transmisibles a humanos.
La realidad se condice absolutamente de tales objetivos, ya que los centros de zoonosis operan como entidades de tortura y exterminio de animales.
Actualmente se han convertido en depósitos de animales que nadie quiere. En tal sentido, para el común colectivo que supone que las perreras han sido erradicadas, se informa que en cada Municipio de nuestro país opera un centro de zoonosis, donde las condiciones paupérrimas y medievales de las jaulas o caniles en donde se encierra a los animales dista mucho de lo que se pretende en el siglo XXI, más recuerda a un campo de concentración.
La realidad es que en los centros de zoonosis se maltrata y se encierra a los perros y gatos, alojados en minúsculas, arcaicas y sombrías jaulas, exceptuándolos del auxilio requerido, y obligándolos a convivir entre sus excrementos, a la vez que se los priva de las condiciones habitacionales y sanitarias básicas. En dichos condominios se procura el encierro no sólo de perros mordedores que se encuentren en proceso de control antirrábico, sino también que se priva de libertad a todo animal que haya sido capturado en la vía pública o abandonado por su dueño (éstos últimos no suelen resistir el encierro).
Los animales no deberían sufrir meses de encierro y agonía en las perreras esperando por una adopción que nunca llegará. En las perreras aunque no haya eutanasia (en algunas no la practican) hay perros encerrados, hacinados, que no hacen ejercicio y empiezan a atrofiarse al permanecer inmóviles, en recintos muy pequeños, sin luz solar, y sin contacto humano ni con sus pares, escuchando los lamentos de sus compañeros de celda, y los maullidos desesperados de los gatos, con quienes comparten la desgracias y finalmente comienzan con trastornos de conducta.
El stress del cautiverio, baja las defensas y aparecen enfermedades características como la tos de las perreras, el moquillo nervioso, como algunos de los ejemplos.
Es síndrome del canil, altera su comportamiento, y muchas veces es irreversible.
Sus jaulas son manguereadas para limpiarlas, sea invierno o verano, su comida muchas veces se desparrama y se junta con la materia fecal acumulada. Su agua permanece turbia, y muchas veces se derrama y permanece 24 hs con su recipiente vacío, hasta que le toca un nuevo turno para que se lo vuelvan a llenar.
Los animales en las perreras, están presos, como delincuentes feroces, pagando una injusta condena, por el solo hecho de haber nacido.
Las perreras, llamadas centros de zoonosis, son contrarias a la ley Nacional 14.346 y a la ley Provincial 13879.-
En las perreras, se practica el maltrato animal, en todas sus formas.